Las fronteras del mundo han sufrido grandes cambios con el devenir de los años. Unos territorios que antes estaban divididos en pequeños reinos y principados, acabaron unificándose para crear grandes estados modernos. Otros territorios o países que por el contrario, ocupaban grandes extensiones de terreno, fueron artificialmente divididos y se acabaron fragmentando. Así mismo, las presiones migratorias acabaron provocando que pueblos que estaban asentados en unas zonas, acabaran desplazándose miles de kilómetros, ocupando zonas de influencia de otras culturas. También las guerras, han provocado todo tipo de anexiones, pérdidas, desplazamientos forzosos, o cambios fronterizos en los que algún tirano cambiaba los límites a su antojo.
El resultado final es que, tras los siglos XIX y XX, las fronteras mundiales han evolucionado de una forma totalmente dispar, desproporcionada, en algunos casos incluso esperpéntica, que obedece más al interés de algunos en que otros pierdan influencia global o riqueza.
- En las Américas, los virreinatos españoles eran vastísimos territorios que, de haber permanecido unidos y con su tamaño original, hoy día serían enormes potencias económicas. Sin embargo, los intereses de la masonería inglesa y francesa, conspiraron para que todas nuestras posesiones, al independizarse, saltaran por los aires y se fragmentaran en mil pedazos. Una división artificial que, a la larga lo único que provocó es un empobrecimiento de los territorios y una gran pérdida de influencia de la españolidad en el mundo. Igualmente, la guerra que provocaron los USA, hizo perder a la Nueva España 3/4 de su suelo.
- Europa, tras la caída de Roma, lleva siglos y siglos padeciendo la infatigable amenaza de las invasiones asiáticas. Los califatos mahometanos de Oriente Medio, se expandieron por toda la cuenca mediterránea africana (antaño poblada por gente greco-romana, occidental y blanca) hasta invadir y hacer desaparecer España. Las contínuas oleadas migratorias de poblaciones túrquicas y mongoloides que se desplazaban de este a oeste, expulsaron en diferentes épocas a numerosos pueblos de Europa oriental. De este modo, muchos pueblos urálicos, caucásicos y eslavos, se vieron forzados a desplazarse y ocupar tierras que hasta entonces habían sido o germánicas o greco-romanas. Más adelante, los imperios mongoloides de la Horda de Oro llegaron a ocupar territorios polacos y alemanes, o los turcos entraron por el Cáucaso y la Anatolia, haciendo desaparecer el inmenso y milenario imperio griego-bizantino, llegando en su día a asediar incluso Viena.
- En África y Asia, las fronteras se han visto muy condicionadas por los colonialismos franco-británicos, que con los innumerables protectorados, se acabaron modificando las fronteras dividiendo en ocasiones algunos territorios de forma arbitraria, o creando estados innecesariamente pequeños y fragmentados. En contraposición, hay otros estados que son gigantescos y que absorben territorios de otras culturas limítrofes.
- Lo que finalmente termina de suponer un terremoto para las fronteras, fueron sobre todo las 2 guerras mundiales. Sobre todo 1945, una fecha aciaga para Europa, en la que la URSS movió a su antojo las fronteras de toda la zona oriental y central del continente, dejando mermado hasta el extremo el espacio vital de las naciones europeas históricas.
NECESIDAD DE REORGANIZAR LAS FRONTERAS
En 1814 tuvo lugar el famoso Congreso de Viena. Fue una gran cumbre internacional que tenía por objetivo llegar a un pacto por el cual reorganizar las fronteras de Europa de una forma sensata, para corregir los desmanes fronterizos que habían provocado las guerras de Napoleón. En dicha cumbre se acabó reorganizando el territorio, repartiéndolo en lo que se consideraban zonas de influencia cultural y social de las principales potencias.
Décadas más tarde, en 1885 tuvo lugar la Conferencia de Berlín, donde las potencias se reunieron para trazar líneas fronterizas a lo largo de África, un territorio que hasta entonces había estado viviendo practicamente en el paleolítico. Los diversos países crearon protectorados demarcados con fronteras de nueva creación.
Ese es el espíritu que hay que rescatar a día de hoy. Hacer grandes cumbres internacionales para rediseñar las fronteras de todo el planeta, en pro de que grandes naciones históricas que han sido vilmente empequeñecidas, puedan recuperar sus espacios vitales. Que gigantescos estados que se hicieron con territorios que no les corresponden, los cedan en pro de sus legítimos dueños. O que algunos estados que técnicamente se encuentran en la diáspora, puedan volver (tal como hizo Israel) a fundar un nuevo estado en las regiones originales de procedencia, cediéndole el territorio que ahora ocupan a sus propietarios históricos.
En definitiva, que el mundo quede repartido de una forma más correcta y equitativa. Que aquellos territorios que han sido artificialmente desintegrados se puedan unificar... aquellos que han sido artificialmente engrandecidos, cedan suelo a quien deben, o que se puedan trasladar algunos a su legítimo lugar de origen.